viernes, 27 de junio de 2008

BOLIVARIANISMO Y UNIDAD LATINOAMERICANA CARIBEÑA

A 182 años del Congreso Anfictiónico de Panamá

Por Fernando Bossi, Secretario de Organización del Congreso Bolivariano de

los Pueblos.

Hace 182 años, en junio, precisamente un 22 de junio, abría las sesiones el
Congreso Anfictiónico, en la ciudad de Panamá. Y no dudamos en afirmar, que
éste fue el intento más profundo que tuvimos los latinoamericanos caribeños
para unirnos en una verdadera Confederación de Repúblicas.

Dos años antes, la batalla de Ayacucho había sellado la lucha inde-
pendentista; unidos venezolanos, paraguayos, rioplatenses, altoperuano,
chilenos, peruanos, neogranadinos y ecuatorianos, habíamos derrotado al
imperio más poderoso de la época.

En unidad, con un Estado Mayor unificado habíamos alcanzado la victoria.
Quien conducía esa batalla era Sucre, 29 años. Otros de sus generales,
Córdova 25 años, Suárez 31, Miller 30 años. Jóvenes patriotas y
revolucionarios definían el destino de la América. El ejército de
liberación, pueblo con uniforme, fue quien se alzó con el triunfo.

Pero caro nos costó esa victoria, porque el enemigo descubrió que ahí, en la
unidad, estaba el potencial de los pueblos, y que esa unidad se podía
llegar a cristalizar en ese Congreso Anfictiónico que había convocado el
Libertador. El imperialismo inglés, el imperialismo naciente
norteamericano, la Santa Alianza, junto a las oligarquías locales ya
trabajaban incansablemente para derrotar el proyecto bolivariano.

La convocatoria al Congreso Anfictiónico se redactó el 7 de diciembre de
1824, dos días antes de la Batalla de Ayacucho. Un año y medio después se
reunían en la ciudad de Panamá los plenipotenciarios de Colombia
(Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá), Guatemala (Guatemala, Honduras,
Costa Rica, El Salvador y Nicaragua), México y Perú. Chile, las Provincias
Unidas del Río de la Plata, Paraguay y Bolivia no asistieron por diferentes
razones: falta de interés, aversión a la propuesta, desinteligencias,
presión de las grandes potencias. Estados Unidos fue invitado por Santander,
Bolívar se disgustó porque la Nación del Norte no era parte del proyecto:
se convocaba solo a las ex colonias españolas. Y Bolívar ya percibía el
destino imperialista de los Estados Unidos. Otros países europeos enviaron
observadores.

Varias conferencias se realizaron durante los días que duró el congreso; se
firmaron documentos, se intentó un plan de contingencia ante las amenazas de
invasión colonialista, se debatió, se discutió y se acordó continuar las
sesiones en Tacubaya, México. El Congreso finalizó sus tareas sin los
resultados esperados. La decepción de Bolívar fue grande.

La acción disolvente del imperialismo y el egoísmo y la traición de las
oligarquías locales ya había hecho efecto en la América Latina recién
liberada. No era solo el fracaso del Congreso Anfictiónico de Panamá, era el
fracaso del proyecto unionista de independencia de los pueblos y sus
conductores. "He arado en el mar", fue la terrible frase de Bolívar camino a
su tumba. Asimismo José de San Martín, Bernardo O'Higgins, José Artigas,
Manuel Rodríguez, Antonio José de Sucre, Bernardo Montegudo, Miguel Lanza,
Juana Azurduy, Manuela Saenz y tantos y tantas patriotas más, culminaban
sus días en el exilio, la caída en combate o el vil asesinato. No había
llegado el tiempo para esa soñada unidad. A la idea de Unidad e Indepen-
dencia no le había llegado su momento histórico.

Y ese proyecto bolivariano fue derrotado a tal punto que Manuelita Sáenz,
la “Libertadora del Libertador” lo manifiesta desgarradoramente cuando le
escribe a Bolívar diciéndole: "Simón, para qué tanto sacrificio, tanta
lucha, tanta sangre por la independencia si el indio aún sigue tendiendo la
mano para pedir limosnas".

Más fuimos derrotados, es cierto, pero circunstancialmente. Nuevos tiempos y
nuevas luchas, con idénticas banderas y otras también, acercan hoy la idea
bolivariana al tiempo de su realización. El “cambio de época”, bien
señalado por el presidente Rafael Correa, se está dando en toda la región
suramericana. La unidad latinoamericana caribeña avanza a pasos acelerados
hacia su concreción. Y el ALBA es una de sus principales herramientas.

Es entonces que hoy, a 182 años del Congreso Anfictiónico de Panamá podemos
decir con justeza que Bolívar no ha arado en el mar, que las banderas
unionistas e independentistas siguen desplegadas con vitalidad y fortaleza,
que nuevas banderas, como el socialismo bolivariano, se han sumado a la
lucha, para que esta vez sí, alcancemos la verdadera y definitiva
independencia latinoamericana caribeña.

En el ALBA, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América,
revive el espíritu del Congreso Anfictiónico de Panamá, incorporándolo como
fundamental antecedente en la construcción de la Patria Grande.

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