viernes, 27 de junio de 2008

BOLIVARIANISMO Y UNIDAD LATINOAMERICANA CARIBEÑA

A 182 años del Congreso Anfictiónico de Panamá

Por Fernando Bossi, Secretario de Organización del Congreso Bolivariano de

los Pueblos.

Hace 182 años, en junio, precisamente un 22 de junio, abría las sesiones el
Congreso Anfictiónico, en la ciudad de Panamá. Y no dudamos en afirmar, que
éste fue el intento más profundo que tuvimos los latinoamericanos caribeños
para unirnos en una verdadera Confederación de Repúblicas.

Dos años antes, la batalla de Ayacucho había sellado la lucha inde-
pendentista; unidos venezolanos, paraguayos, rioplatenses, altoperuano,
chilenos, peruanos, neogranadinos y ecuatorianos, habíamos derrotado al
imperio más poderoso de la época.

En unidad, con un Estado Mayor unificado habíamos alcanzado la victoria.
Quien conducía esa batalla era Sucre, 29 años. Otros de sus generales,
Córdova 25 años, Suárez 31, Miller 30 años. Jóvenes patriotas y
revolucionarios definían el destino de la América. El ejército de
liberación, pueblo con uniforme, fue quien se alzó con el triunfo.

Pero caro nos costó esa victoria, porque el enemigo descubrió que ahí, en la
unidad, estaba el potencial de los pueblos, y que esa unidad se podía
llegar a cristalizar en ese Congreso Anfictiónico que había convocado el
Libertador. El imperialismo inglés, el imperialismo naciente
norteamericano, la Santa Alianza, junto a las oligarquías locales ya
trabajaban incansablemente para derrotar el proyecto bolivariano.

La convocatoria al Congreso Anfictiónico se redactó el 7 de diciembre de
1824, dos días antes de la Batalla de Ayacucho. Un año y medio después se
reunían en la ciudad de Panamá los plenipotenciarios de Colombia
(Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá), Guatemala (Guatemala, Honduras,
Costa Rica, El Salvador y Nicaragua), México y Perú. Chile, las Provincias
Unidas del Río de la Plata, Paraguay y Bolivia no asistieron por diferentes
razones: falta de interés, aversión a la propuesta, desinteligencias,
presión de las grandes potencias. Estados Unidos fue invitado por Santander,
Bolívar se disgustó porque la Nación del Norte no era parte del proyecto:
se convocaba solo a las ex colonias españolas. Y Bolívar ya percibía el
destino imperialista de los Estados Unidos. Otros países europeos enviaron
observadores.

Varias conferencias se realizaron durante los días que duró el congreso; se
firmaron documentos, se intentó un plan de contingencia ante las amenazas de
invasión colonialista, se debatió, se discutió y se acordó continuar las
sesiones en Tacubaya, México. El Congreso finalizó sus tareas sin los
resultados esperados. La decepción de Bolívar fue grande.

La acción disolvente del imperialismo y el egoísmo y la traición de las
oligarquías locales ya había hecho efecto en la América Latina recién
liberada. No era solo el fracaso del Congreso Anfictiónico de Panamá, era el
fracaso del proyecto unionista de independencia de los pueblos y sus
conductores. "He arado en el mar", fue la terrible frase de Bolívar camino a
su tumba. Asimismo José de San Martín, Bernardo O'Higgins, José Artigas,
Manuel Rodríguez, Antonio José de Sucre, Bernardo Montegudo, Miguel Lanza,
Juana Azurduy, Manuela Saenz y tantos y tantas patriotas más, culminaban
sus días en el exilio, la caída en combate o el vil asesinato. No había
llegado el tiempo para esa soñada unidad. A la idea de Unidad e Indepen-
dencia no le había llegado su momento histórico.

Y ese proyecto bolivariano fue derrotado a tal punto que Manuelita Sáenz,
la “Libertadora del Libertador” lo manifiesta desgarradoramente cuando le
escribe a Bolívar diciéndole: "Simón, para qué tanto sacrificio, tanta
lucha, tanta sangre por la independencia si el indio aún sigue tendiendo la
mano para pedir limosnas".

Más fuimos derrotados, es cierto, pero circunstancialmente. Nuevos tiempos y
nuevas luchas, con idénticas banderas y otras también, acercan hoy la idea
bolivariana al tiempo de su realización. El “cambio de época”, bien
señalado por el presidente Rafael Correa, se está dando en toda la región
suramericana. La unidad latinoamericana caribeña avanza a pasos acelerados
hacia su concreción. Y el ALBA es una de sus principales herramientas.

Es entonces que hoy, a 182 años del Congreso Anfictiónico de Panamá podemos
decir con justeza que Bolívar no ha arado en el mar, que las banderas
unionistas e independentistas siguen desplegadas con vitalidad y fortaleza,
que nuevas banderas, como el socialismo bolivariano, se han sumado a la
lucha, para que esta vez sí, alcancemos la verdadera y definitiva
independencia latinoamericana caribeña.

En el ALBA, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América,
revive el espíritu del Congreso Anfictiónico de Panamá, incorporándolo como
fundamental antecedente en la construcción de la Patria Grande.

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domingo, 18 de mayo de 2008

¿Dónde nació Pedro Camejo, el Negro Primero?

HISTORIA DE VENEZUELA

Eduardo López Sandoval

EN LA VILLA DE TODOS LOS SANTOS DE CALABOZO.

Ante el título de la presente ponencia, que es la pregunta, ¿DÓNDE NACIÓ PEDRO CAMEJO, EL NEGRO PRIMERO?, tenemos el nombre de este primer aparte, que es: EN LA VILLA DE TODOS LOS SANTOS DE CALABOZO.

Determinar el lugar dónde nació el Prócer de la Independencia, Pedro Camejo, es un espacio para el debate entre historiadores. Luego desarrollaré algunas ideas acerca de este tema del “debate”, de la confrontación de ideas y posiciones que se tienen acerca de controvertidos aspectos de la historia.

Veamos que nos dice el profesor de Historia de Venezuela Ubaldo Ruiz, Maestro-Historiador de la Universidad Experimental Rómulo Gallegos, ante la pregunta, que es el repetido título de este trabajo: ¿DÓNDE NACIÓ PEDRO CAMEJO, EL NEGRO PRIMERO?. La respuesta textual fue: “Yo creo que, … aplicando los conocimientos, la lógica, … y un poquito de cariño por esta tierra, yo creo que: …Pedro Camejo, el Primero, nació en Calabozo”.

“Pedro Camejo, valeroso Teniente de Caballería al servicio del General José Antonio Páez. Conocido como Negro Primero, por ser negro y el primero en entrar en combate. Nació en algún lugar del Alto Llano alrededor del año 1.790.”.

Destáquese la imprecisión al afirmar que: “Nació en algún lugar del Alto Llano alrededor del año 1.790”. Esto lo afirma la página oficial E:\Portal Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.htm, en el aparte denominado Héroes y Personajes Ilustres.

En el portal de Internet identificado: E:\Pedro Camejo (El Negro primero).htm, se lee: “Pedro Camejo. (El Negro Primero).

Pedro Camejo nació en San Juan de Payara, Estado Apure en 1790. El apodo de Negro Primero que le distinguía se había inspirado en su bravura y destreza en el manejo de la lanza. Vecino de Achaguas o de San Juan de Payara. Había sido esclavo de Vicente Alonzo, de Apure.”.

La denominada Gran Enciclopedia de Venezuela, también fuente de Internet, dice: “Nació en los llanos venezolanos hacia 1790.”.

La respetada enciclopedia de la Fundación Polar afirma que era un teniente del ejército patriota vecino de Achaguas o de San Juan de Payara. Y dice textualmente: “Había sido esclavo de Vicente Alonzo, de Apure.”.

En la página: E:\VENEZUELA VIRTUAL Historia de Venezuela Personajes Ilustres Pedro Camejo.htm, se nos dice: “Pedro Camejo nació en San Juan de Payara, Estado Apure en 1790. Pertenecía a la clase esclava y trabajaba para Vicente Alonzo.”.

Seguimos con la red virtual:

El Historiador, Oldman Botello, me escribió a través de la red:

“Hola: En mi librito sobre Cunaviche consigné lo que me dieron dos viejecitos en la plaza Bolívar de ese pueblo hace como diez años, que el Negro Primero nació en Las Tapias, al suroeste de Cunaviche y no en San Juan de Payara.”.

Repito: el tema es por demás interesante para el debate. Podríamos decir que ya hay un debate no declarado.

Hablemos de Historia y Debate. Hablo ahora, entonces, de una nueva Escuela de Historia nacida en España, que se denomina precisamente Historia a Debate. Y representa una alternativa de la teoría de la historia ante la crisis de los paradigmas de estos tiempos de albores de siglo, que se fundamenta en la posibilidad de aprovechar las ventajas de la comunicación por Internet para realizar, acerca de los temas históricos, un debate donde no existan las tradicionales fronteras que impidan la participación de todos los historiadores del globo. Los cultores de esta corriente de pensamiento historiográfico, que se disemina en el mundo con la potencia que el medio de la telemática les permite, dicen, en la presentación que podemos leer en cualquier parte del mundo, y a cualquier hora, que la Historia a Debate, -que abrevian Had-, es:

“HISTORIA A DEBATE es una RED estable que, en tiempos de fragmentación, comunica y reúne a historiadores de todo el mundo, mediante actividades presenciales y en la red de redes, dentro y fuera de las instituciones académicas, que busca dinamizar intercambios y contactos multilaterales entre sus miembros más allá de las fronteras de la especialidad y de la nacionalidad, de las diversas filias y fobias, de cualesquiera ideología cerrada.

“HISTORIA A DEBATE es un FORO permanente de debate, en tiempos de transición paradigmática, sobre la metodología, la historiografía y la teoría de la historia; sobre la práctica renovada de la investigación y de la divulgación histórica; sobre la docencia de la historia, en la universidad y en las enseñanzas medias, y su relación con la investigación y la reflexión historiográfica; sobre los problemas académicos, profesionales y laborales de los historiadores, sobre todo jóvenes; sobre el interfaz y el compromiso del historiador con la sociedad, la política y la cultura de nuestro tiempo.

“Procuramos, en consecuencia, a través de un intercambio académico y digital, de la investigación, la reflexión y el contraste de pareceres, aquellos consensos posibles y necesarios, los nuevo (s) paradigma (s), para, desde la diversidad, afrontar con éxito los cambios históricos e historiográficos que nos trae el nuevo siglo.

“HISTORIA A DEBATE es un TALLER de experimentación y puesta al día, en tiempos de grandes retornos, en todo lo relativo al uso crítico y reflexivo de las fuentes, a los temas, teorías y enfoques de la investigación empírica, a lo que -sin duda, restrictivamente- llamamos oficio de historiador. Nos interesan nuevas propuestas de líneas de investigación, incluyendo las que están surgiendo, o que pueden surgir, de la reformulación creativa de los enfoques sabidos, porque pensamos que ni lo nuevo es necesariamente bueno y lo viejo necesariamente malo.

“HISTORIA A DEBATE es, en suma, un PROYECTO historiográfico, en tiempos de individualismos, abierto y global, de jóvenes -y menos jóvenes- historiadores, para cambiar el mundo de la historia (nos contentamos con seguir influyendo positivamente sobre los cambios en marcha) con propuestas de avance y progreso histórico e historiográfico para su debate y virtual consenso en la plural comunidad internacional de historiadores.

“HISTORIA A DEBATE ha dado el 11 de septiembre de 2001 un importante paso como PROYECTO colectivo con la elaboración y difusión de un MANIFIESTO que nos define como tendencia historiográfica, sin menoscabo de la pluralidad de la red, en debate y relación con la continuidad simple de la historiografía de los años 60 y 70, el positivismo que renace y el posmodernismo que decae.”

Esta información la podemos encontrar en la página web de la red Internet: www.h-debate.com

Y la dirección de correo electrónico es: h-debate@cesga.es .

Esta página cuenta con 2422 historiadores suscriptos, de 45 países.

Después de hablarles del debate de la red, veamos ahora que nos dice la fuente tradicional. Tocable, no virtual, acerca del tema: ¿DÓNDE NACIÓ PEDRO CAMEJO, EL NEGRO PRIMERO?.

En el XI Encuentro de Cronistas e Historiadores, realizado en Valle de la Pascua el pasado año, el Historiador Miguel Álvarez Díaz, Productor y Conductor del programa de radio local Ondas Canarias, presentó la ponencia denominada: EL PARENTESCO DE LA FAMILIA CAMEJO Y RODRÍGUEZ CON EL LIBERTADOR DE URUGUAY JOSÉ GERVASIO ARTIGAS. Y en su página 7 escribe un Aparte que denomina, PEDRO CAMEJO “EL NEGRO PRIMERO”, que a la letra dice: “Según el historiador canario David Wenceslao Fernández (1992), esta familia Rodríguez Camejo, fue dueña del esclavo Pedro Camejo, conocido en la historia como “El Negro Primero”, nacido en Calabozo, que formó parte del ejercito de Boves y Morales. Y en 1816 pasa a las filas, como otros tantos llaneros, al Ejercito Republicano con el General Páez hizo toda la campaña de los Llanos, hasta que ascendido a Teniente de Caballería por su coraje y valor por el General Páez, murió heroicamente en la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, dejando fama de haber sido valeroso y temerario como pocos.

“El General monárquico Ruperto Delgado, Calaboceño, yerno del General Morales, que ya estaba casado con una hija de este y Josefa Bermúdez Marín con quien había contraído matrimonio en Barcelona, en 1809. El General Ruperto Delgado estaba casado con Mariana la hija mayor, apunta en sus memorias que Pedro Camejo estuvo bajo sus órdenes en el Batallón de Caballería “Lanceros de Calabozo” hasta que deserto (SIC) y se fue con el otro grupo de llaneros para las filas del General Páez, en el año 1816.”.

(Vale este paréntesis: el Investigador de la Ponencia menciona como fuente al historiador canario, David Wenceslao Fernández, fuente que además es citada en las Referencias Bibliográficas de la Ponencia con el título INFLUENCIA DE ICOD DE LOS VINOS EN HISPANOAMÉRICA. Además de esta fuente, el autor de esta Investigación, Miguel Álvarez Díaz, nos ha informado que se corroboró esta información en el Archivo Militar de Segovia, en España. En este archivo se recogen los informes del General realista de origen canario, Francisco Tomás Morales Guedes y de su yerno, el también General Realista, -y calaboceño por más señas-, Ruperto Delgado, en la que se indica que el Negro Primero perteneció a sus filas, y lo cuenta dentro de los 220 llaneros que desertaron en el año 1816 para incorporarse a las filas de Ejército Republicano al mando de Páez).

La obra CALABOZO SIGLO XIX, del Historiador Adolfo Rodríguez, acerca del caso en debate, ¿DÓNDE NACIÓ PEDRO CAMEJO, EL NEGRO PRIMERO?, nos dice en el Capítulo que denomina TEATRO DE MISERIA Y CALAMIDADES, y cita al Padre José Ambrosio Llamozas quien el 31 de julio de 1815 escribe un memorial al rey Fernando VII, a quien le dice, le parece faltar, -cito-, “a los deberes de mi encargo y a los gritos de mi conciencia, en no manifestar con sencillez y verdad a V.M. lo que concibo y entiendo ser conducente a instruir su Real animo”.

Continúa el Padre Llamozas, a la letra: “Las desgracias que por tantos años han afligido al territorio de Venezuela, los horrores que han destrozado este hermoso país cubriéndolo de sangre y de desolación, sus pueblos desiertos, sus campos convertidos en depósito de restos humanos, el inocente a las puertas de la mendicidad, viudas llorosas, padres indigentes aunque nacidos en la abundancia, esposos sin consuelo, la orfandad y el exterminio señoreando las moradas del pobre y del rico, el noble y el plebeyo … el desorden, la anarquía, la infidelidad de malos vasallos y el encarnizamiento sin ejemplo, advertido constantemente en aquel teatro de miserias y calamidades …”.

Continúa el Profesor Adolfo Rodríguez, en este Capítulo muy bien denominado TEATRO DE MISERIA Y CALAMIDADES, esta vez citando a De Armas Chitty, diciendo que: “Otros calaboceños según J. Llamozas “acosados y perseguidos … pasaron al Apure y se distinguieron en la causa patriota: El General Florencio Jiménez, los coroneles H. Mujica, Francisco Guerrero, José Francisco Hurtado, Remigio Lara, Justo Silva, Comandante Diego Parpacén, Manuel Ojeda, Luciano Hurtado, Camejo conocido por el Primero, José Mirabal; oficiales Manuel Figueredo, Manuel Baldonado, Ramón García Mora, Marcelino Velásquez, Ramón Delgado, Dionisio Parpacén, Francisco Villamediana, y Comandantes de Guerrillas Francisco Carrasquel del Guayabal, el Indio José López de Guardatinajas, y Valentín Cortés y Sandoval de El Rastro”. (Rodríguez, Adolfo, pp 43-47, 2004).

Acerca del personaje en discusión, se ha pretendido colocarlo en posición de homenajeado al colocar su supuesta imagen en el billete de 5, cuando no sabemos dónde nació, dónde reposan sus restos, a dónde fueron a parar sus haberes militares, dónde está su familia. El recientemente fallecido Cronista de la ciudad de El Sombrero sí escribió: “Negro Primero Guariqueño por Evidencias”, que es el título de artículo que en dos entregas publica en un periódico regional de finales del año 1990. El Cronista Manuel Aquino escribe, luego de hacer referencia a los héroes de la historia patria nacidos por estos llanos guariqueños, y que han sido disputados sus orígenes por otras regiones, y nombra al Coronel Juan José Rondón, General Manuel Cedeño, Juan Ángel Bravo, entre otros. Acerca del Negro Primero dice el Cronista, a la letra: “Ahora abordamos algo sumamente curioso, el caso del más pintoresco, humilde, ingenuo y dicharachero de los héroes, a quien tantas veces ha cantado la épica: Pedro Camejo, considerado apureño de San Juan de Payara por antonomasia y honra del gentilicio, epónimo del municipio. Sobre el cual debemos analizar las siguientes circunstancias: el Dr. Eduardo Hernández Cartens, destacado intelectual y conspicuo apureño, cronista de la ciudad de Achaguas, en una oportunidad me manifestó, “nosotros sabemos (intelectuales apureños) que el Negro Primero no es apureño pero lo aceptamos”. El contador Manuel Moreno, igualmente apureño, sostiene la versión de que es guariqueño de San José de Tiznados.”

Más adelante el Historiador Aquino hace una interpretación de un pasaje de la Autobiografía de José Antonio Páez. Pedro Camejo, entra en la historia de la pelea por la libertad de Hispanoamérica sin duda por su valor y entrega a la patria, pero también por el destacado que le hace Páez en su autobiografía, quien relata el diálogo entre Camejo y el Libertador como sigue, Bolívar le pregunta por qué sirvió primero en las filas realistas antes de enrolarse en las filas patriotas:

¿Pero qué le movió a V. a servir en las filas de nuestros enemigos?

Miró el negro a los circundantes como si quisiera enrostrarles la indiscreción que habían cometido, [les había pedido que no le dijesen al Libertador que había peleado bajo las órdenes de Bóves] y dijo después:

─Señor, la codicia.

─ ¿Cómo así preguntó Bolívar?

─Yo había notado, continuó el negro, que todo el mundo iba a la guerra sin camisa y sin una peseta y volvía después vestido con un uniforme muy bonito y con dinero en el bolsillo. Entonces yo quise ir también a buscar fortuna y más que nada a conseguir tres aperos de plata, uno para el negro Mindola, otro para Juan Rafael y otro para mi” (Resaltado en negrillas nuestro).

En la segunda parte del trabajo del Cronista guariqueño, continúa: “Don Bernardo Bautista Marrero (el isleño), fue el propietario más poderoso en las inmensas llanuras apureñas, aunque su residencia habitual era nuestro pequeño pueblo de El Calvario, al que tanto quiso y amó como al pueblito de Arafo, en las Islas Canarias, de donde era natural. Administraba sus cuantiosas propiedades hasta los llanos de Casanare, por intermedio de encargados o representantes. El 30 de septiembre de 1812, otorgó su testamento (El Calvario), y el numeral 8 del cuerpo de bienes menciona el hato Merecure comprado a los herederos de Don Sebastián Mier y Terán, compuesto de 58 leguas, además de casas, fundaciones, corrales, en el cual había sembrado 80 mil cabezas entre ganado y bestias y los esclavos: José María y su mujer Carmen, Miguelote y su mujer Felipa dos hijos de estos Juana y Miguel, Juan Rafael, Pio Diego, Toribio Gregorio, Juan Blanco Andrés, Pedro José Eusebio (supuestamente Negro Primero), Manuel José Becerra Xavier, Felipe, Juan, Carlos Francisco, Mindola, José y Juana. El hato Merecure pertenece actualmente a la sucesión Hernández Vásquez y está situado en jurisdicción de San Juan de Payara. Indudablemente que Pedro Camejo, pertenecía a la servidumbre de ese hato como esclavo marrereño (Pedro José Eusebio), el General Páez dice que había sido esclavo de Don Vicente Alfonso, no cabe duda que Alfonso era representante de Marrero…”.

Sigue el Cronista Aquino más adelante: “Cuando Camejo sostiene el dialogo con el Libertador representado por Páez, igualmente le dice que había ido a la guerra en procura de tres aperos de plata para compartirlos con sus compañeros de servidumbre Mindola y Juan Rafael. El Dr. Fleitas Beroes lo plastifica en versos(el dialogo): ¡Me llamo Pedro Camejo/ realista que se fugó; / solo aspiro Mayordomo/ una casaca marrón/ un penacho bien bonito/ que pegue con mi color;/ freno y charnelas de plata/ un caballo correlón/ una Santa Catalina,/ un machete bien cortón/ ser obediente a su mando,/ combatir en pelotón,/ encontrar para Mindola/ aperos de distinción,/ para el negro Juan (Rafal)/ silla nueva con pellón/.

“Estas evidencias nos suponen que efectivamente, el héroe era guariqueño, posiblemente de El Calvario.”

Concluye Aquino: “Nos faltaría obtener otros documentos de indispensable valor y atinentes para esta aclaración, siempre que estemos asistidos por la razón y la justicia.”

He aquí, amigos historiadores, un interesante tema para la discusión académica: Pedro Camejo, el Negro Primero, nació en Calabozo. Quienes piensen diferente están invitados al DEBATE, y los que coincidamos también.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Álvarez D., Miguel. El parentesco de la familia Camejo y Rodríguez con el Libertador de Uruguay José Gervasio de Artigas. Ponencia XI Encuentro de Cronistas del Estado Guárico. Valle de la Pascua. 2007.

Arencibia de Torres, Juan J. Francisco Tomás Morales Guedes, Capitán General. Copia de texto.

Castillo Lara, Lucas G. Villa de todos los Santos de Calabozo. El derecho de existir bajo el sol. Ediciones Fundación Carlos del Pozo. Calabozo. Guárico. 1996.

De Armas Chitty, J.A. Historia del Estado Guárico. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1982.

Febres Guevara, José A. Los Héroes de las Queseras del Medio. Segunda Edición. San Cristóbal. Estado Táchira. 1990.

Fernández, David W. Influencia de Icod de los Vinos en Hispanoamérica. Asociación de Amigos Icodenses en Venezuela. Primera Edición. Impresos Loxan. Caracas. 1991.

Páez, J. A. Autobiografía Tomo I. Editorial Bedout S. A. Medellín. 1973.

Páez, J.A. Autobiografía Tomo II. Editorial Bedout S. A. Medellín. 1973.

Rodríguez, Adolfo. Calabozo Siglo XIX. Publicaciones del Rectorado. Universidad Rómulo Gallegos. Editorial Miranda. Villa de Cura. Estado Aragua. 2004.

Héroes y Personajes Ilustres. E:\Portal Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.htm.

E:\Pedro Camejo (El Negro primero).htm.

E:\VENEZUELA VIRTUAL Historia de Venezuela Personajes Ilustres Pedro Camejo.htm

Historia a Debate. www.h-debate.com

Botello Oldman. Conversación acerca del lugar de nacimiento de Pedro Camejo.

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jueves, 13 de marzo de 2008

Decreto del 31 de marzo de 1826

Declarando los términos en que deben ser considerados los cuerpos del Ejército retirados á sus casas á consecuencia de la Batalla de Carabobo. El Senado y Cámara de R. de la R. de Colombia reunidos en Congreso.

Considerando: 1º. Que varios batallones de infantería, regimientos y escuadrones de caballería, que desde el año de 1.815, sirvieron gloriosamente á la causa de la independencia y libertad, fueron retirados a sus casas desde el año de 1.821 y no se han disuelto, sino que existen y forman una parte muy considerable del ejército Libertador.

2º. Que cuando la Ley ha determinado las bases constitutivas del ejército de la milicia nacional, no ha podido hacerse cargo del caso particular en que se encuentran estos cuerpos, de que se honra la República, y que no sería lo justo dejar en duda los términos en que se deben ser considerados; decretan:

Art. 1º. Los batallones de Infantería, regimientos y escuadrones de caballería que desde el año 1815 y 1816 han servido gloriosamente a la causa de la independencia de la heroica isla de Margarita, y en las provincias de Cumaná, Guayana, Barcelona, Caracas, Apure, Barinas y Casanare, y que á consecuencia de la batalla de Carabobo fueron retirados a sus casas desde el año 1.821, conservarán los nombres y la misma organización que tenían cuando se les retiró y serán reputados permanentemente como del ejército Libertador.

Art. 2º. Sólo en caso de ser llamados á reforzar el ejército permanente estarán sujetos á las leyes militares y sufrirán los castigos impuestos por ellas, pero mientras usen de la licencia indeterminada que se les ha concedido, gozarán en toda plenitud de los beneficios que dispensan nuestras leyes á los colombianos, podrán ejercer cualquier empleo político municipal, estarán sujetos á la autoridad civil que en todos sus negocios y acciones, y no recibirán prest ni paga del Tesoro Público.

Art. 3º. En los casos del Artículo 126 de la Constitución, podrán ser llamados al servicio los cuerpos de que se trata el Art. 1º, fuera de estos casos no se les llamará al servicio sino cuando el Congreso lo decrete.

Art. 4º. Estando los dichos cuerpos al servicio serán asistidos del mismo modo que el ejército permanente.

Art. 5º. Todos los individuos pertenecientes a los cuerpos que menciona el Art. 1º. Están exceptuados del sorteo para reemplazar al ejército permanente, y del alistamiento de la milicia nacional.

Art. 6º. Como esta excepción se funda en que los exceptuados han servido en la guerra de la independencia y libertad desde el año 1815 hasta el 1821, dichos cuerpos no podrán recibir reemplazos en lo sucesivo no podrán retener ni conservar los que se les hubieren incorporados desde 1820 en adelante: pero si el poder Ejecutivo o el General del Ejército tuvieren por conveniente aumentarles la fuerza, este aumento sólo les pertenecerá durante las operaciones.

Art. 7º. Si los hombres mayores de treinta y cinco años que hubiere en estos cuerpos, quisieran permanecer en ellos lo podrán hacer; y si no pasarán a la milicia cívica.

Art. 8º. Todos los años tendrán estos cuerpos un mes de asamblea. En ellas pasarán revista de inspección y de comisario, se ejercitarán según su instituto, justificarán las bajas ocurridas; se formarán estados de la fuerza presente, y se les asistirá con el prest y paga correspondiente a cada clase: fuera de esta asamblea no se les llamará sino en los casos indicados en el artículo 3º.

Art. 9º. Esta asamblea nunca se verificará sin orden expresa del Poder Ejecutivo, quien podrá diferirla por dos o más años, según lo juzgue conveniente.

Art. 10º. Los cuerpos de infantería recibirán el armamento para la asamblea de los depósitos de la República. Los cuerpos de caballería se presentarán armados de lanzas y el individuo que no la tuviere llevará el asta.

Art. 11. Las propuestas para vacantes de jefes y oficiales que ocurrieren en estos cuerpos, se harán lo mismo que en el ejército permanente, y el Poder Ejecutivo librará los despachos correspondientes.

Art. 12º. Para ser propuesto y obtener la aprobación del Poder Ejecutivo, se requiere ser efectivo o agregado al cuerpo en que ha ocurrido la vacante y haber servido en la guerra de independencia y libertad por lo menos de 1816 ó 1821.

Art. 14º. Todos los oficiales desde el Primer Comandante inclusive hasta subteniente y alférez, que se encuentren en el mismo caso que los cuerpos que se expresan en el artículo 1º y con vecindario en los mismos lugares, pero que no tengan colocación en dichos cuerpos, la tendrán efectiva o se les agregará a los cuerpos que pertenezca a los cantones en que residieren debiendo reputárseles comprendidos en las resoluciones de la presente Ley, los que tuvieron su residencia en provincias o departamentos en que no hubiere cuerpos del ejército Libertador, usarán de Licencia indeterminada y quedará comprendido en lo dispuesto en la Ley que organiza la fuerza armada.

Art. 15º. Los jefes y oficiales efectivos o agregados a dichos cuerpos y lo mismo los individuos de tropa, podrán ausentarse libremente, bien sea temporal la ausencia o para mudar de domicilio.

Art. 16º. Si la ausencia fuese temporal bastará que el oficial subalterno y el individuo de tropa lo avise a su capitán o al que haga sus veces en la compañía, expresando el lugar a donde va, e informándole también del tiempo, de su regreso. Los capitanes y segundos comandantes darán iguales avisos al Comandante Primero y éste al Comandante de Armas de la Provincia.

Art. 17º. Si la ausencia fuere para mudar de domicilio, los individuos de tropa lo avisarán a su respectivo capitán, quien pasará la noticia al comandante, y con su orden dará de baja; pero los oficiales desde subteniente o alférez inclusive hasta comandante primero, o coronel en los regimientos, necesitan la licencia del Poder Ejecutivo, obtenida se les dará la baja en cuerpo, procediendo a llevarse su vacante con arreglo a los artículos 11 y 12.

UNICO. Lo dispuesto en este artículo no impedirá que mientras se despacha la solicitud de los oficiales al Poder Ejecutivo, puedan verificar su traslación al lugar que hubieren elegido para su nuevo domicilio.

Art. 18º. El Poder ejecutivo designará los cuerpos que estén en el caso de la presente Ley, y darán cuenta al Congreso para su conocimiento en sus próximas sesiones.

Dado en Bogotá a 29 de marzo de 1826. 16. El presidente del Senado, Estanislao Vergara. El Presidente de la Cámara de Representantes, Cayetano Arvelo. El Secretario del Senado, Luis Vargas Tejada.- El diputado Secretario de la Cámara de Representantes, Mariano Niño.

Palacio de Gobierno en Bogotá, marzo 3º de 1826. 16. Ejecútese- Francisco de Paula Santander.- Por SW. E. el vicepresidente de la República encargado del Poder Ejecutivo.- El secretario de Estado del despacho de la Guerra, Carlos Soublette.

Datos obtenidos de la revista Bolívar. Año 1930

*Edgar Eduardo Medina

Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

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sábado, 1 de marzo de 2008

Flora Tristán

Así la describió la insigne escritora Angélica Palma, en un reportaje realizado en la ciudad de Madrid, 1930.

¿Rebelde? ¿Inadaptada? ¿Precursora? ¿En cuál de estas palabras podría sintetizarse la romancesca y original personalidad de Flora Tristán?

Cualquiera de esas expresiones responden a un rasgo típico de su carácter, a un aspecto de su apasionada actuación; la explican y motivan la historia de su vida, los años atormentados de su infancia y su primera juventud, tan decisivos en la formación de la individualidad.

Flora Tristán fue francesa de nacimiento, española de origen y reclamó siempre su nacionalidad peruana; su padre, D. Mariano Tristán, era muy estimado por Carlos IV, quien, a pesar de ello, o por ello, le negó autorización para contraer matrimonio con una francesa emigrada a causa de la revolución.

Casóse entonces en secreto D. Mariano Tristán y se marchó a París, donde en 1803, nación Flora, cuya situación no logró legalizar el padre, por no ser válida en España su unión, debido a la circunstancia ya dicha; ni en Francia, por haberse prescindido de la ceremonia civil del matrimonio.

Huérfana de padres desde los cuatro años y bajo la tutela de una madre incomprensiva, llegó flora a los albores de su juventud, linda, inteligente e inquieta, sufriendo los rigores de la pobreza y segura de librarse de ellos en cuanto pudiera lograr que reconocieran su condición de hija legítima de la familia de su padre, residente en la América lejana y misteriosa, en tierra del Perú.

Contaba la hermosa muchacha poco más de quince años cuando su madre la obligó a casarse con el grabador Andrés Chezal, enlace desgraciado que sólo duró hasta 1827 y que dejó sedimentos de amargura y rencor en el corazón de esa mujer soñadora y entusiasta, unida, en los albores de su juventud, a un marido que no supo apreciarla y al que nunca amó. Seis años vivió Flora en Francia separada de su esposo y en lucha contra él, que intentaba arrebatarle a sus hijos, cuyo sustento y educación le imponían enormes sacrificios. En medio de sus penurias y aflicciones, mientras angustiada se debatía entre la miseria y la hostilidad, la única luz que, lejana y consoladora, percibía la desvalida mujer, brillaba en el país de su progenitor, y hacía él emprendió viaje temerario y esperanzado, dejando a sus hijos en Francia; el niño, al lado de su padre, que al fin logró apoderarse de él y confiada a manos piadosas femeninas a su pequeña Alina, futura madre del famoso pintor Gauguin.


Fruto de este viaje aventurero fue el libro curiosísimo titulado Peregrinaciones de una Patria, en el cual la autora relata su larga travesía de cinco meses en el “mexicano”, buque de vela, a cuyo capitán inspira la linda viaje volcánica pasión; su llegada a Arequipa; la afectuosa acogida de los Tristán, que no obstante, rechazan categóricamente sus pretensiones y le niegan, en forma definitiva, la condición de hija legítima; su viaje a Lima, los triunfos que obtienen sus hermosura e ingenio, las mal encubiertas críticas que despierta en las severas sociedades de 1833 y 1834, su condición de casada y separada del marido… Y vemos también en las Peregrinaciones de una Patria que en esa mujer tan femenina, tan aficionada a recrearse detallando sus atractivos, achaque bastante corriente en escritoras, se esboza ya la luchadora futura, preocupada de algo más que sus graciosas coqueterías y sus íntimos dolores.

Con enciclopedismo de aficionada, opina sobre cuestiones militares y económicas, mezcla a sus charlas mundanas prolijas disertaciones acerca de la esclavitud y de la industria agrícola y preconiza la abundancia de escuelas, la difusión de la enseñanza como medio eficaz, para la regeneración del Perú. Dogmatiza en ocasiones, elogia a ratos, satiriza casi siempre y la sátira da a la obra su tono predominante y provoca la curiosidad recelosa de la sociedad peruana y la indignada actitud de las autoridades. Del fracaso de ese viaje ilusionado surgió la socialista militante; al regresar a Europa decepcionada, enferma y pobre, se entregó Flora a la vida agitada, intensa, de febril laboriosidad, que le vale destacado puesto en la Historia del Socialismo. Viajó por Francia y por Inglaterra, estudiando las necesidades del proletario y predicando su reivindicación dio conferencias públicas y su elocuencia arrebataba al pueblo, que la llevaba en triunfo; publicó libros, folletos, y periódicos de combate, como la Unión de los Obreros; pidió al congreso Francés el restablecimiento del divorcio y la abolición de la pena de muerte, y en cartas a su gran amigo Jorge Sand planeó la Revolución del 48, que Flora no llegó a ver, pues murió en Burdeos en 1844.

Desapareció con ella una precursora del feminismo, la primera mujer que fue apóstol y soldado del ideal socialista; sus doctrinas y su acción nacieron de sus amarguras, desheredada, de su efusión compasiva por los desgraciados, por los que eran como ella, victimas de la injusticia. Les ofrendó su inteligencia de iluminada, su sensibilidad de mujer, el cariño popular le es fiel aún, pues hasta ahora, en este siglo XX, tan contrario al romanticismo, los proletarios suelen llevar flores al monumento funerario que, por suscripción, se elevó a Flora Tristán en el cementerio de Chartreux. Allí reposa la sugestiva francesa, agitada de criollas rebeldías que, por influjo atávico, se reflejan en la pintura revolucionaria de su nieto Paul Gauguin. Madrid. 1930.

*Edgar Medina

Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

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Un poema de César Vallejo

Hay golpes en la vida tan fuertes… ¡Y no sé!

Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos

La resaca de todo lo sufrido

Se empezara en el alma… ¡yo no sé!

Son pocos pero son… Abrazan las oscuras

En el rostro antes fiero y en el lomo más fuerte

Serán tal vez, los potros de bárbaros atílas

o los heraldos negros que nos manda la muerte.

Son las caídas hondas de los cristos del alma,

de alguna fe adorable que el destino blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

De algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… ¡Pobre! Vuelve los ojos como

cuando por sobre el hombre nos llama una palmada

Vuelve los ojos locos, y todo lo vivido

se empoza, como un charco de culpa, en la mirada


Hay golpes en la vida tan fuertes… ¡Yo no sé!

*Edgar Eduardo Medina

Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

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Una carta de Sandino

Con motivo de ciertas imputaciones que se hicieron al famoso líder de la libertad de Nicaragua, éste envió al secretario del partido comunista de México, la siguiente protesta.

Me es honroso dirigir a usted la presente con motivo de haber leído en recortes que nos han sido enviados de La Prensa y el New York Times, de Nueva Cork, ambos del 26 de diciembre próximo pasado así como de algunos diarios de Centro América, la noticia que, según los diarios en referencia, fue publicada por El Universal de esa capital federal, relativa a que nuestra salida de Las Segovias la originó la suma de 60.000 dólares, que como precio de dicha salida se nos había ofrecido.

Dice la noticia en cuestión que tanto ese partido, como “la Liga Antiimperialista de las Américas” y el “Comité Manos Fuera de Nicaragua” están llevando a cabo una investigación respecto a esa información, que desde luego hemos calificado de calumniosa, y que “un miembro prominente de estos tres grupos –expresan textualmente los recortes aludidos-, dijo a un reportero de El Universal, que en manos de los investigadores se encontraba la fotografía del cheque pagado a Sandino, pero como la investigación es su meta, se negaba a permitirle ver la copia del cheque”.

No obstante que no tenemos conocimiento de lo que el “Comité manos fuera de Nicaragua” haya resuelto en definitiva acerca del acuerdo que con los ciudadanos Federico Bách y Salvador de la Plaza, tomamos en Veracruz, a fin de que el Comité mencionado difundiera su actividad en la “Liga Antiimperialista de las Américas”, para evitar dispersión de energías, no creemos que la noticia que nos ocupa tenga procedencia de alguna de las tres organizaciones referidas y queremos creer que esa aseveración es más bien labor infame de los mismos agentes de la piratería yankee, siendo por tal razón, rogamos que se nos informe de lo que las tres instituciones están llevando adelante para exigir responsabilidades a quien haya dado la calumnia que, a manera de noticia, recogió el reportero de El Universal.

La forma en que se ha lanzado esa calumnia, nos está indicando que el autor desconoce en absoluto nuestra entereza de carácter y el criterio preciso que tenemos de la responsabilidad que pesa sobre nosotros, y que Sandino y los hombres que lo acompañan son enteros, de la clase obrera y campesina que nunca se arrastra para alcanzar prebendas a costa de la sangre de los mártires que han caída en la lucha por la libertad de los oprimidos.

La calumnia con que villanamente se pretende manchar nuestro honor de hombres libres es obra propia de los hombres impotentes, de esas piltrafas humanas, parásitos destructores de la humanidad, que no son apóstoles ni luchadores sino vividores y farsantes e incapaces de exponer sus vidas en aras de una causa noble y, mucho menos, de tener el valor moral suficiente de poner sus nombres al pié de sus afirmaciones.

Repetimos que no podemos admitir que sean indiferentes esas organizaciones al asunto que exponemos y, les rogamos su contestación inmediata por tener que salir en estos días para esa capital una comisión nuestra, que llevará instrucciones de abrir una investigación sobre el particular, e igualmente de llegar a un entendimiento claro con las organizaciones antiimperialistas en lo que respecta a la posición de nuestra lucha sostenedora de la Soberanía Nacional de nicaragua, la cual lucha, lo repetimos está en pié, y últimas medidas de orden estratégico que tendrán en esa República hermana por pocos días más.

Quedo, en nombre de nuestro Ejército y Libertad.

Mérida, Yucatán (México, 1930)

A.C.S.

*Edgar Eduardo Medina.

Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

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viernes, 29 de febrero de 2008

Norteamérica contra Sandino

Cine 1930

Se habla mucho de la ingenuidad yanki, tanto que nuestra pluma europea –cansada, vieja-, se detiene a veces en el momento del ataque. ¡Es tan encantador ser ingenuo! El encanto que a uno le falta por completo. Esa ingenuidad deliciosa que detiene la crítica y paraliza al combatiente, es, muchas veces, la salvación del joven pueblo norteamericano, la ineducación graciosa y falta de picardía nos han llegado a parecer agradables.

Como su afán de notoriedad primitiva codicia de heroísmo. Teniendo, como tienen, en sus manos, el formidable instrumento de difusión que es el cinema, a él han trasladado todas sus ambiciones de gloria creando una especie de épica cinematográfica, tan falsa como divertida, en sus gigantescas superproducciones de tema guerrero, basadas en la oportunista y tardía intervención de sus soldados en la gran guerra.

Por las disputas de dos sombras –Foch y Clemenceau-, que se pelean sobre millones de tumbas donde está enterrada toda una generación europea que no tenía que ver nada con la diplomacia ni con las rivalidades entre un general pretencioso y un político duro y sanguinario, que hubiera preferido vivir a ser objeto de brillantes párrafos de un libro o elocuentes frases de un discurso parlamentario. En el tiroteo Foch–Clemenceau –nunca tan mortífero como el cruzado entre las trincheras-, se prueba claramente que el ejército norteamericano no combatió apenas, lo que no es obstáculo –y aquí viene la ingenuidad-, para que los productores de los estados Unidos nos hayan inundado de películas en las que se cantan los heroísmos y proezas de su ejército en los campos de batalla del frente Oeste. “El Precio de la Gloria”, “El Gran Desfile”, “Alas”, “El Gran Combate”, y otras muchas y otras muchas constituyen por el momento, la épica del Cinema, construidas sobre ficciones y combates inocentes de un patriotismo menor de edad.

Por inofensiva, es fácilmente soportable esta fiebre juvenil de glorias militaristas. Pero los temas de la guerra mundial ya estaban agotados y era preciso continuar la serie de epopeyas cinematográficas. Y el Cinema Iñaki pretende ahora explotar otra mina de asuntos con la lucha que sostienen sus ejércitos opresores en contra del general Sandino y los bravos rebeldes nicaragüenses. Lucha la más injusta y feroz que registra la historia, sólo comparable en monstruosidad a las guerras de conquista de la Edad antigua o al exterminio de los indígenas en algunos puntos de América. Con la diferencia de que eso suceda en el siglo XVI –otros hombres y otras circunstancias- y ahora estamos en 1930.

Cuando el ser humano debe sonrojarse ante tan brutal atropello cuando las violencias que ejecuta el capitalismo norteamericano en la infeliz República hermana debían ser ocultadas como un vergonzoso delito, se lanzan lis cineastas de Hollywood a fabricar películas que registran sus crímenes para difundirlos por el mando, manchando la albura de las pantallas cinematográficas.

En España se está exhibiendo ahora un film en el que se ofrece el lamentable espectáculo del “heroísmo” norteamericano avasallando la resistencia de los héroes auténticos que combaten a las órdenes de Sandino, un hijo de la raza que resucita las grandezas y la bravura indómita de otros tiempos. En la película se pretende hacer pasar por valientes a unos aviadores que provistos de bombas potentísimas y ametralladoras ultramodernas, se permiten el lujo de asesinar desde el firmamento a unos hombres casi indefensos por estar armados de viejos fusiles y pistolas inservibles y que además, son nuestros hermanos.

Esto ya no es ingenuidad, ofrecer esos crímenes como actos heroicos pasa las fronteras del infantilismo. Es inconciencia brutal, falta absoluta de sensibilidad, de conciencia y de normas morales. No nos explicamos como se ha permitido su proyección en los mismos Estados Unidos. Entra uno en deseos de creer que, en el fondo, esa película documental tiene la intención de convencer a todas las personas sensatas de Norteamérica que debe de acabar esa guerra absurda y horrible.

En los cines españoles se ha proyectado el film con grandes mutilaciones y excluyendo casi totalmente lo que tiene de documental de la lucha. Sin embargo, en los trozos culminantes, más adivinados que vistos, se oyeron las protestas de caracterizados elementos liberales y de personas que admiran el temple indomable del héroe hispanoamericano, acaso el revolucionarios más interesante de nuestra época.

Escrito de Fernando G. Mantilla. España 1930. 1º de junio

*Edgar Eduardo Medina

Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

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miércoles, 20 de febrero de 2008

Juramento Bolivariano

Simón Bolívar, espíritu y libertad, ¡estás presente!
Tu voz, tu pensamiento y tu acción es savia que nutre mis venas.
Ante ti, historia que es presente… juro…
Soy tu destino… En mi vive América.
Soy tu acción… En mi pulso está tu sangre.
Soy la Posteridad… Y estoy en surcos;
Hijo hoy, Padre mañana, el espíritu de mi espíritu,
Tendrá la luz de tu credo omnipotente,.
Ante ti… Bolívar,… hijo de Caracas, con mi palabra que es flor
en permanencia… Juro…
Mi fe bolivariana es culto y gloria que habré de legar a mis descendientes.
Ante ti… Libertador de seis naciones…
Ante ti… Padre de mi Patria, juro: Bolívar, tu credo es mi propio pensamiento.

Autora: Profesora Elba Hernández de Yánez.
Copiado del libro El Mensaje de Bolívar de Miguel Ángel Mudarra
e Ignacio Antonio Bello. 1983. Bicentenario del Libertador.
Recopilado y enviado por Edgar Eduardo Medina
Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

Gral. José Padilla

Prócer neogranadino nació en Río Hacha hacia 1778. Inició sus servicios en la causa emancipadora en su país y en Venezuela a las órdenes de Bolívar en 1816, y luego a las de Piar, hasta el regreso del primero con la segunda expedición de Los Cayos en que de nuevo se puso a su disposición para la campaña de Guayana, después de haber contribuido al malogrado ataque y asalto de Angostura, bajo el mando de Piar y para cuya época ya figuraba en la escuadrilla republicana comandada por el valeroso marino margariteño Antonio Díaz. Desempeñó importantes comisiones en Guayana, entre ellas, la que le fue confiada por el Libertador para hacer fracasar la sedición que, para una sublevación de castas, intentó Piar en algunos cuerpos del ejército republicano que obraban en las cercanías de Angostura, y cuyo resultado habría sido de notable influencia en los destinos del país por lo adverso.
Sabedores los realistas que dominaban en Nueva Granada del renombre adquirido por Padilla, cargaron de cadenas a su anciano padre hasta 1820, que logró su libertad. Vuelto Bolívar de la campaña de Apure fue destinado Padilla a la escuadrilla republicana de Oriente, y en 1819, al emprender el Libertador la gigantesca campaña de Nueva Granada, entró Padilla a servir bajo el mando de Brión, en la escuadra conductora de fuerzas patriotas a las costas neogranadinas.
Ocupada Río Hacha según orden dada por Bolívar desde Boyacá, tuvo Padilla la gloria de compartir con el Almirante Brión la gloria de libertar a su pueblo natal. Continuó sirviendo incansablemente en su país con éxito hasta culminar su gloria en la brillante jornada de Maracaibo, en que siendo Jefe de la escuadra patriota, derrotó por completo a la escuadra realista al mando del capitán español Laborde (24-07-1823), después de forzar el paso por la barra, entre los fuegos de los castillos de San Carlos, operación ésta realizada dos meses antes, y que sirvió de base al éxito favorable de su temeraria empresa, dando como resultado inmediato la capitulación y entrega de la importante plaza de Maracaibo, hecho éste que a su vez, facilitó la toma de Puerto Cabello cuatro meses después y que concluyó definitivamente con el poder español en Venezuela. Retirado a la vida privada, volvió a la escena pública en 1828 en que, para desgracia suya, fue víctima de la exaltación del partido político que encabezó su paisano, el General Santander. En efecto, tuvo parte activa en la conjura que, puñal en mano y vertiendo sangre inocente, asaltó la morada del Libertador la noche del 25 de septiembre de 1828 para asesinarle. De esta manera, el heroico saldado manchó su gloria y terminó su vida en el cadalso en Bogotá el mismo año, lugar del infausto suceso que, no obstante su fracaso, lleno de amargura al Padre de la Patria en sus últimos años.
Edgar Eduardo Medina
*Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela
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martes, 19 de febrero de 2008

General Carlos Luis Castelli

Ilustre prócer de la independencia, de origen italiano. Después de servir en la guardia joven del Emperador Napoleón I, a su caída (1815) pasó a América, con otros oficiales y en 1816 se unió al Libertador en Los Cayos de Haití. Con él estuvo en la ruta de Clarines en los triunfos de Barcelona y toma de las dos Guayanas (1817), apresando un bergantín y auxiliando en Guiria a los sitiados. Pasó a las Antillas y en 1818 regresó a Angostura, esta vez en compañía del Batallón Británico. Como capitán de una compañía, fogueó reclutas en las misiones y en 1819 se halló con el General Páez en La Cruz, como también en Portuguesa, Apurito y Barinas. Ascendió en 1820 a teniente coronel y recibió la condecoración de la Estrella de los Libertadores. Dirigió fortificaciones en san Fernando y en 1821 formando parte del Batallón apure, fue de los gloriosos vencedores de Carabobo, pasando luego con fuerzas al sitio de puerto Cabello y a San Felipe como Jefe civil y Militar. Con Carlos Núñez triunfó en Chaparé de Coro en 1822. sostuvo la ruta de Dabajuro y le fue hecho efectivo su grado de teniente coronel. En la Campaña de Maracaibo lo derrotó Morales en Zuleta, y en la ruta sufrida en Salina rica por Lino de clemente supo conservar su cuerpo. Pasó a Mérida de Gobernador, y en 1823, con sus fuerzas organizadas derrotó a Morales en Gibraltar (parte S. del Lago de Maracaibo). Fue Jefe de la Barra hasta 1827, que sustituyó a Urdaneta en la intendencia del Zulia y luego Administrador de la aduana y Gobernador de coro. A consecuencia de los tristes sucesos de 1828, pasó a Bogotá en 1829 con O´Leary contra el desgraciado republicano Córdova. Ascendió a Coronel efectivo y en 1830 defendió la dictadura de Urdaneta pasando con fuerzas a Antioquia. Nombrado General de Brigada, fue perseguido por Ovando en 1831. Regresó a Venezuela en 1832 y obtuvo letras de retiro como Coronel. En 1841, pasó a Italia, su patria nativa, en asuntos de inmigración. Fue nombrado para Cónsul del Reino de Cerdeña bajo el gobierno del Rey Carlos Alberto de Saboya (1844) con jurisdicción el territorio de Venezuela y defendió el cogobierno de José Tadeo Monagas en 1848. Ascendió a General de División en 1849, fue Secretario del Despacho de Guerra y Marina en 1851, cargo al que renunció en 1852. Después de ser Ministro Plenipotenciario en Bogotá, en 1855,m fue de nuevo Secretario de guerra y Marina en 1856 y 1857. Y Jefe de Operaciones sobre los Valles de Aragua a principios de 1858. Durante la guerra emancipadora había sido herido varias veces y continuó residenciado en caracas, donde murió en 1860. El gobierno de guzmán Blanco (período del Septenio), hizo trasladar sus restos al Panteón Nacional en 1876.

Edgar Eduardo Medina

*Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

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lunes, 18 de febrero de 2008

Simón Rodríguez


Notable personaje, llamado generalmente, el Maestro del Libertador, nace en Caracas, en 1977; personaje dotado de singular erudición y sumamente raro por aparecer siempre dueño de excepcional originalidad en sus ideas. Fue, sin duda, el hombre que influyó más directamente en los destinos del Libertador, al formar en él, al par que un sano y robusto estudiante, un discípulo poseedor de los más nobles y bellos sentimientos.

Enviado el futuro genio de Hispanoamérica a España en 1797 por su cuidador D. Carlos Palacios para completar sus estudios, se vio Rodríguez complicado en la revolución republicana de Gual y España, y temiendo ser descubierto, se marchó a Europa aquel año, donde vivió dedicado a trabajos científicos, sobre todo de química. Yo no quiero –decía- parecerme a los árboles que echan raíces en un lugar, sino más bien parecerme al viento, al agua, al sol y a todas esas cosas que marchan sin cesar. Puede decirse que Bolívar lo amó como a un segundo padre, llamándole en una de sus cartas, el hombre más sabio, más virtuoso, más extraordinario.

Después de la prematura muerte de su esposa, regresó Bolívar a Europa, lleno de pesadumbre y hallándose en París, donde en vano trataba de luchar contra el recuerdo de su reciente desgracia, tuvo noticias que su maestro se encontraba en Viena y se fue en busca suya. Allí lo halló en 1803 y juntos viajaron por Europa hasta 1806. En Roma ascienden al Monte Sacro una tarde de agosto de 1805, y Bolívar delante del maestro, a la vista de aquella ciudad que había fatigado la historia, jura solemnemente, cuando era paneas un adolescente de veintidós años, “no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma, hasta romper las cadenas opresoras de su pueblo por voluntad del poder español”. Juramento que llevó el sello de indiscutible sublimidad.

Vuelto Bolívar a Caracas, permaneció Rodríguez en Europa durante 17 años, después de familiarizar a su ilustre discípulo, además de los clásicos griegos y latinos explicados en francés con las obras de Spinoza, Hobbes, Holbach, Monesquieu, Rousseau y Los Enciclopedistas, en las que principalmente bebió el futuro libertador, sus teorías religiosas, sociales, filosóficas y políticas. Atraído por la fama universal entonces, de su antiguo discípulo, “llegó Rodríguez a Bogotá en 1823, y en el Perú recibió aquel con cariñoso agasajo, auxiliándolo para que fuese a implantar su sistema de educación en Bolivia, cosa que no pudo lograr, ya que las rarezas de su carácter le impidieron ponerse de acuerdo con las autoridades de aquella joven República, ni aún con el mismo Sucre, que era el presidente en aquellos días. Era un incomprendido y no abundaba en suerte.

Vuelto Bolívar a Colombia, donde su vida fue un vía crucis por causa de la rebelión de Venezuela, la discordia de la Convención de Ocaña, la noche trágica del 254 de septiembre, la guerra con el Perú, la sublevación de Córdova y, finalmente, por la caída y la agonía, Rodríguez se vio abandonado y desvalido en Bolivia. De allí pasó a Lima, después a Valparaíso donde no halló otras actividades que la de fabricante de velas para alumbrado.

Alguien se refirió despectivamente alguna vez a tan rara ocupación en un hombre de tan señalada erudición, por lo que D. Simón Rodríguez, exclamó al punto: “Pero aún así, por medio de mis velas, sigo difundiendo la luz”. Ya muy anciano fue a morir en Huaymas (Perú), en 1854. Puede decirse que sólo su ilustre discípulo, en toda la América, fue quien supo comprender y amar a tan extraño filósofo.

Es famosa su Defensa de Bolívar, escrita en lenguaje peculiar, y si bien éste no pareciera tener gran confianza en las teorías pedagógicas de su maestro, sus entendimientos coincidieron siempre en lo tocante a la necesidad de aplicar a los incipientes estado americanos, un sistema de gobierno diferente de los existentes en Europa; sistema que Rodríguez resumía en un ideal, a la verdad confuso, de Estados que, según él, no pueden ser monárquicos como lo eran ni republicanos, como se pretende que lo sean.

Tal sistema quiso practicarlo Bolívar con la imposición de un régimen mezclado de autocracia o democracia o más bien una especie de tutela legal conferida al hombre más eminente de la Patria. Se ha escrito que “ambos espíritus se encontraban así en los espacios infinitos de la hipótesis, cuando echaban a volar por ellos la imaginación, que con todo, si coincidía en el fin, se apartaban de los medios. Gustaba el uno, el sabio, de engolfarse en la especulación científica, para formar teorías y generalizarlas, en tanto que el otro prefería buscar en ella puntos de apoyo a su ambición de gloria y de poder. Mientras aquel se contentaba con la obra lenta y tardía del pedagogo, corría el otro con la actividad relampagueante del guerrero, del tribuno, del dictador. Predominaba en el maestro la inteligencia: la voluntad era soberana en el discípulo. Y ello explica, en suma, que estos dos cerebros, extraordinarios, cada cual, no pudiesen encontrarse en el mismo ambiente, sino en ocasiones lejanas; en la infancia del u o, cuando el futuro héroe todavía sin advertir su propio genio, se apoyó en el amor y consejos del sabio, y cuando éste, ya viejo, quiso realizar en la patria creada por el héroe, el más hermoso sueño de su espíritu “no pasó de sueños”. En resumen, el maestro del Libertador, es, sin duda, un personaje de profunda trascendencia en los destinos de América y aún de la humanidad.

El verdadero apellido suyo era Carreño, por ser éste el de su padre; pero a causa de una riña que sostuvo con un hermano suyo, renunció al apellido común adoptando el materno, o sea el de Rodríguez, que usó durante toda su vida, ni sin antes trocar su nombre en algunas ocasiones por el de Samuel Robinson, que recuerda al héroe de la popular novela del escritor inglés Daniel de Foe: Robiinson Crusoe.

Fue D. Simón Rodríguez un autodidacta insigne, hasta llegar a adquirir cultura sólida en aquella Caracas colonial. Se dedicó al magisterio desde su más incipiente juventud, yt sin duda tuvo notable ´`éxito, si se atiende al número y a la calidad de sus alumnos. En 1794, presentó al ayuntamiento de Caracas, un ensayo titulado “Reflexiones sobre los defectos que vician la Escuela de Primeras Letras de Caracas, y medio de lograr su reforma por un establecimiento cuya lectura y consideración culminó con que el soberano Cuerpo aumentara el número de escuelas al establecer una en cada parroquia. Y esto era el fruto de las reflexiones de un joven de veintitrés años. Sin embargo, D. Simón no se sintió satisfecho de los resultados, ya que poco después renunció a la dirección de la escuela que se le confiaba cuando todavía era un adolescente.

Cuando regresó de Europa, hablaba correctamente el francés, el inglés, el italiano, el portugués y el alemán. Era altruista, sincero, demócrata, apasionado por la Educación Popular, generoso y enérgico.

D. Miguel Peña ha dado testimonio de que se había propuesto fundar en Bogotá una Casa de Industria Pública donde se prodigase a los jóvenes la enseñanza de un oficio mecánico, más los principios de urbanidad y decoro social, así como nociones de escritura, aritmética y gramática, por lo que puede apreciársele como un lejano precursor de los estudios técnicos industriales de la época moderna. Su ejemplar republicanismo le movió a procurar que sus compatriotas de todas las clases sociales adquiriesen el grado de cultura necesario para el sosegado uso de sus derechos, como consecuencia del cumplimento de sus deberos. Fueron expresiones suyas las siguientes; “El Gobierno debe ser maestro. Cuando más se necesitan cinco años para dar un pueblo a cada República”. “Persuádanse los Jefes del Pueblo que nada conseguirán si no instruyen”. Puso a un lado los caducos moldes coloniales para proclamarse apóstol de la instrucción Popular, sin hacer distinción de razas ni colores.

Muchos escritores han estudiado particularmente su vida y su influencia sobre el Libertador, entre los cuales merecen citares honrosamente los trabajos de Diego Carbonell, Fabio Lozano y Lozano, Gonzalo Picón Febres, José Rafael Wendehake y Jesús Antonio Cova, venezolanos con excepción del segundo, de nacionalidad colombiana. También se han ocupado Augusto Mijares, Rafael armando Rosas, y Vicente E. Terán, éste último boliviano, quienes han enfocado personalidad de tan interesante compatriota con certera visión y atinadas conclusiones.

*Edgar Eduardo Medina

Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela

Tomado del Diccionario Bibliográfico, Geográfico e Histórico de Venezuela” por Ramón Armando Rodríguez. Delgado Lugo Díaz, a partir de 1934

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